"La dehesa de la Golondrina en primavera es como un jardín, pinturero y reventón............ es tan intensa su vitalidad que silencia todo lo que sobra a su alrededor, todo lo que no debería de estar, silencia las carreteras que limitan su aislamiento, silencia el tendido electrico que rasga su intimidad y silencia el campo de tiro de dudosa legalidad. La dehesa se mantiene, aguanta, permanece y, como cada año, se viste de colores y silvestres aromas de miel"